La peste negra modificó nuestros genes y nuestro sistema inmune.
24 octubre 2022
La peste negra no solo acabó con la mitad de la población europea en menos de cinco años, también modificó nuestro genoma y nuestro sistema inmunitario.
Según un estudio publicado este miércoles en la revista ‘Nature‘, los mismos genes que en su día nos protegieron contra la peste negra, hoy están asociados a una mayor susceptibilidad a patologías autoinmunes como la enfermedad de Crohn y la artritis reumatoide.
Para este estudio, el equipo secuenció antiguas muestras de ADN de huesos de más de 200 individuos de Londres y Dinamarca que murieron antes, durante y después del paso de la peste negra, a finales del 1340. De 300 genes relacionados con la inmunidad, seleccionaron cuatro que, según la variante, protegían o aumentaban la susceptibilidad a Y. pestis.
El equipo se centró en un gen con una asociación particularmente fuerte con la susceptibilidad: ERAP2, que contribuye a que el sistema inmunitario reconozca la presencia de una infección. Los individuos que poseían dos copias de una variante genética específica, denominada rs2549794, eran capaces de producir copias de longitud completa del transcrito de ERAP2, y producían más de la proteína funcional.
«Según nuestras estimaciones, tener dos copias de la variante rs2549794 habría hecho que una persona tuviera un 40% más de probabilidades de sobrevivir a la peste que los que tenían dos copias de la variante no funcional», apunta Luis Barreiro, de la Universidad de Chicago y coautor del estudio.
Después, en el laboratorio, el equipo demostró que la variante rs2549794 afectaba a la capacidad de las células humanas vivas para ayudar a combatir la peste, y que los macrófagos que expresaban dos copias de la variante eran más eficientes neutralizando a Y. pestis que los que no la tenían.
«Estos resultados apoyan la evidencia del ADN antiguo de que el rs2549794 es protector contra la peste», según Javier Pizarro-Cerda, del Instituto Pasteur. Pero, con el tiempo, nuestro sistema inmunitario ha evolucionado para responder a los patógenos, y lo que antes era un gen protector contra la peste se asocia hoy a una mayor susceptibilidad a las enfermedades autoinmunes.
Es el acto de equilibrio con el que la evolución juega con nuestro genoma, apuntan los autores. Este estudio es una primera aproximación a cómo las pandemias pueden modificar nuestros genomas y pasar desapercibidas en las poblaciones modernas.
Las próximas investigaciones ampliarán el proyecto para examinar todo el genoma, no sólo un conjunto de genes relacionados con la inmunidad. «Comprender la dinámica que ha dado forma al sistema inmunitario humano es clave para entender cómo las pandemias del pasado, como la peste, contribuyen a nuestra susceptibilidad a las enfermedades en la actualidad», concluye Hendrik Poinar, de la Universidad de McMaster y coautor principal del estudio.
Disponible en: https://www.elmundo.es/ciencia-y- salud/ciencia/2022/10/20/6350f71e21efa0fe6d8b4608.html