Insertan ‘minicerebros’ humanos en ratas y logran cambiar su comportamiento

23 octubre 2022

Insertan ‘minicerebros’ humanos en ratas y logran cambiar su comportamiento

Un grupo de investigadores dirigido por la Universidad de Standford (California, EEUU), es noticia porque ha logrado transferir un organoide cerebral humano, esto es, células madre organizadas en conjuntos tridimensionales mediante técnicas in vitro que reproducen e imitan la estructura y función de órganos complejos, a la corteza cerebral de ratas recién nacidas.

El vanguardismo de la noticia se fundamenta en que es la primera ocasión en la que se trasplantaban células neuronales humanas en ratas jóvenes, aprovechando la inmadurez de los circuitos neuronales de los roedores para poder integrarse y provocar cambios en el comportamiento. Esta podría suponer un importante avance en el campo de estudio de enfermedades neuropsiquátricas (por ejemplo, la esquizofrenia), así como en el desarrollo de terapias celulares para enfermedades neurológicas degenerativas como el Alzhéimer o el Parkinson.

En cuanto a la técnica empleada, estos organoides fueron trasplantados a la corteza somatosensorial de las ratas jóvenes, con el objetivo de evidenciar cambios en los procesos sensoriales, aprendizaje y comportamiento de los roedores. Estos organoides crecieron y se integraron hasta en un tercio del hemisferio cerebral, con una alta tasa de eficiencia de la técnica (80%) y una supervivencia al año de hasta un 70% gracias a una modificación genética de inmunosupresión con la finalidad de evitar el rechazo.

Esta investigación culmina con el hallazgo de cambios en el proceso de aprendizaje de las ratas asociado a mecanismos de recompensa en comparación con las que no habían recibido el trasplante.

No obstante, hemos de resaltar la presencia de diversas limitaciones y planteamiento de problemas éticos en el futuro en torno a este descubrimiento. En primer lugar, una de las limitaciones del experimento la constituye la limitación de especie, dado que las células del organoide se desarrollan en la rata a ritmo humano, el cual es mucho más lento y larvado. Por otro lado, surgen cuestiones éticas importantes, como el hecho de si un organoide podría tener conciencia y moral, o si las aplicaciones en los humanos podrían modificar capacidades funcionales complejas como una mejora en la inteligencia.

Disponible en: https://www.abc.es/ciencia/insertan-minicerebros-humanos-ratas-cambian-comportamiento-20221011134554-nt.html

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