HIV, HSV, SARS-CoV-2 and Ebola Share Long-Term Neuropsychiatric Sequelae

15 octubre 2022

El presente artículo plantea y responde a la pregunta: ¿Cómo desarrollan síntomas neuropsiquiátricos a largo plazo los pacientes con infección vírica en curso tras haberse recuperado de la enfermedad?; además de proporcionar una comparativa de los mecanismos de acción de los siguientes agentes neurotropos: SARS-CoV-2, EVD (Ébola Virus Disease), VHS-1 y VIH-1.

La infección del SNC secundaria a la pérdida de integridad de la BHE (Barrera HematoEncefálica) inducida por un agente viral, produce una gran elevación no solo de partículas virales, sino también de moléculas inflamatorias en el SNC; dando lugar a tormentas de citoquinas y a una inflamación sistémica, que culmina en daño multiorgánico. Postulando a la disfunción cardíaca y a la inflamación del SNC como los principales culpables de la alteración interoceptiva y el mal funcionamiento cognitivo.

La infección viral de un órgano puede estimular el tráfico de glóbulos blancos y sustancias químicas a través de la BHE de la siguiente forma:

  1. La infección periférica genera un microambiente inflamatorio, liberando células inmunitarias activadas que pueden viajar al cerebro, alterando la integridad endotelial e induciendo un fenómeno inflamatorio.
  2. El aumento de la excitación de los macrófagos, el número elevado de células inmunitarias y la liberación estimulada de citoquinas provoca esta alteración endotelial, que disminuye el privilegio inmunitario del cerebro.
  3. El tráfico mejorado de macrófagos puede facilitar el transporte de partículas virales al cerebro, alterando la homeostasis de la microglía y de los astrocitos, construyendo de esta manera reservorios virales y afectando la interacción celular.
  4. Las tormentas de citoquinas inducidas por la infección en el cerebro pueden ayudar aún más a la replicación viral al dañar el ADN del huésped, estimulando una tasa aún mayor de errores de la ARN polimerasa y, por lo tanto, aumentando los niveles de mutación, causando una infección sistémica y persistente.

Las secuelas de infecciones con virus que se consideran neurovirulentos (VIH-1, HSV-1, EVD y SARS-CoV-2) incluyen encefalopatías con alteración del estado mental; niebla del cerebro; fatiga; y aumento de la incidencia neuropsiquiátrica de ansiedad, depresión y estrés postraumático, presentando estos datos un nivel de significación con p <0,05.

Existen factores estresantes externos (estigma social, las restricciones gubernamentales, el comportamiento individual y público, o el miedo inducido por información inconsistente y la conciencia de la propia aflicción) que pueden aumentar la susceptibilidad a la infección viral, debido a la inmunosupresión asociada a la inflamación, en individuos infectados y no infectados. Después de esta activación inducida por el estrés, estos virus latentes en el SNC, pueden causar cambios en el procesamiento metabólico de las células infectadas y vecinas y, alterando a las neuronas, la generación de metabolitos y la funcionalidad de las redes cerebrales; generando así una inflamación sistémica y una percepción aversiva que proporcionan una base que favorece el aprendizaje desadaptativo.

Se plantea la hipótesis de que un ciclo de actividad virulenta primaria y reactivación secundaria inducida por estrés mantiene al huésped en un estado inmunocomprometido de inflamación crónica, tensión inmunológica y actividad del SNC desadaptativa. Sin embargo, se recomienda profundizar en los efectos persistentes de la actividad virulenta en el SNC sobre el procesamiento cognitivo y el papel adaptativo de las mitocondrias en la salud y la enfermedad.

Referencia bibliográfica: Büttiker P, Stefano GB, Weissenberger S, Ptacek R, Anders M, Raboch J, Kream RM. HIV, HSV, SARS-CoV-2 and Ebola Share Long-Term Neuropsychiatric Sequelae. Neuropsychiatr Dis Treat. 2022 Oct 5;18:2229-2237. doi: 10.2147/NDT.S382308. PMID: 36221293; PMCID: PMC9548297. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9548297/

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